TRONERA
25/11 - 22/12 de 2021. CRUCE Arte y Pensamiento Contemporáneo.
De las ideas que Ortega y Gasset presenta en el insigne texto de La rebelión de las masas (1929), trabajar con Paula Sánchez a lo largo de este año me ha recordado reiteradamente aquella de “Los individuos que integran estas muchedumbres [La Masa] preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos por el mundo en pequeños grupos, o solitarios, llevaban una vida, por lo visto, divergente, disociada, distante”. La lectura que hago de esta frase entiende al menos dos tipos de confrontación acontecidas dentro de la sociedad: la una, entre las dinámicas del pasado con las del presente; la otra, entre el individuo y la colectividad. Esas confrontaciones son las que se me antojan características del discurso, en su caso pictórico y cerca de un siglo después, de Paula Sánchez.
Desarrollado en el último año, aunque sus raíces son pretéritas, el proyecto de la presente exposición se organiza a través de la representación de tres elementos inherentes: el individuo –bautizado por la artista como “personaje”–, la colectividad –entendida desde sus peores concepciones: La Masa; muchedumbre; mostrenco– y el espacio de desenvolvimiento o actuación de los dos primeros, concebido tanto en el sitio virtual – los mass media– como en el físico –la presencialidad–. Las obras que vemos en las paredes de CRUCE son en realidad ventanas con vistas a la confrontación de todos estos elementos en el plano de la sociedad contemporánea, lo cual conjuga, por medio de un único relato, la crítica hacia el advenimiento de las masas al pleno poderío social, en detrimento de la individualidad del sujeto. Fenómeno que asimismo se ha visto agudizado en las últimas décadas por la colonización de las redes sociales en la vida cotidiana, y a nivel mundial.
La forma en que Paula Sánchez llega a este proyecto llama la atención porque deriva de un análisis de su circunstancia, consecuencia de caminar –o vagar– por las calles de las grandes urbes y extender una mirada detenida a las cosas que componen el paisaje, sin discernir entre cuerpos y no inertes. A ello se suma un estudio en profundidad del espacio virtual, en particular de ciertas dinámicas, digamos, destructivas para el individuo, como la relación con los tiempos, la productividad, el contenido o la imagen, o los factores que contribuyen a la manipulación, la maleabilidad, y, decisivamente, a la despersonalización.
El planteamiento queda reflejado en los diversos formatos de la exposición a partir de una iconografía gestada por la propia artista, para la cual recurre, como es evidente, al imaginario de la tauromaquia en tanto en cuanto un elemento identificativo de la idiosincrasia española, situado hoy en un espacio de conflictivo dada la magnitud y la divergencia de sus connotaciones: el ruedo –o lugar de lucha–, el espectáculo, lo grotesco, lo absurdo, y un largo etcétera. Observamos de esta manera un despliegue de “personajes alegóricos” –de nuevo, terminología acuñada por la artista–, que dominan masivamente los espacios públicos. De frente, los individuos, capaces u obligados a vivir con La Masa, pero en peligro de ser absorbidos por ella.
Como último detalle, diré que la narración construida por Paula Sánchez queda bañada por un halo de policromía inspirada en el “maquillaje digital”, esto es, de filtros y otras herramientas de la edición de imágenes, como la saturación, los tonos, los contrastes, etc.
Pedro J. Trujillo Arrogante
Bailarín Banderillero
2021
óleo sobre tabla
34 x 40 cm
R1
2021
óleo sobre tabla
28 x 34 cm
R2
2021
óleo sobre tabla
28 x 34 cm
Tronera
2021
óleo sobre lienzo
100 x 130
Velo
2021
óleo sobre tabla
14 x 21
Exposición
2021
óleo sobre tabla
34 x 40 cm
Banderillas
2021
óleo sobre tabla
14 x 21
Muestrario
2021
óleo sobre tabla
34 x 40 cm